C251-CAIDA.
C251-CAIDA.
Ashley se deslizó por los pasillos del castillo con pasos rápidos, firmes, pero silenciosos. Había memorizado cada tramo, cada esquina y no podía fallar.
Tenía todo listo.
Había vertido la poción en las comidas del último turno de los guerreros. A esa hora, ya debían estar dormidos.
Iba con la capucha baja, mirando a todos lados, la respiración controlada y la guardia en alto. En su cinturón, oculta bajo la túnica, llevaba el broche.
Doblando un pasillo, llegó al primer tramo donde solían vigilar cuatro guardias. Todos estaban en el suelo, apoyados contra las columnas, respirando lento.
—Bien… —susurró sin detenerse.
Pasó entre ellos y siguió bajando, directo al nivel donde estaban las bestias aladas y apenas cruzó la reja de seguridad, una de las criaturas levantó la cabeza bruscamente.
Era la misma que había intentado montar la última vez.
—Shh... tranquilo, tranquilo... soy yo —susurró, acercándose despacio—. La chica de la otra vez, ¿recuerdas?
El animal bufó, pero no