C120- CACERÍA.
C120- CACERÍA.
En el salón del consejo, las antorchas parpadeaban, Zayden estaba en el centro, serio, pero su interior era una tormenta. La culpa le roía el estómago como una bestia hambrienta.
Después de que el joven lobo les informara de la muerte, él y Noah habían ido a recoger el cuerpo. La imagen de Ariella, destrozada en medio del bosque, lo perseguía. Y lo peor no era el recuerdo. Lo peor era que no podía apartar la voz que le susurraba al oído: Es tu culpa. Estaba en tu tierra. Bajo tu mando.
De pronto, la puerta se abrió.
Y una loba entró.
Era la Alfa de la manada de Ariella. La mujer caminó entre los presentes sin mirar a nadie. Llevaba el cabello oscuro recogido en una trenza gruesa, la frente alta, los pómulos marcados, pero los ojos como tormentas endurecidas.
Su nombre era: Alma Ravenwood.
Tenía cuarenta y tantos, pero su cuerpo aún era firme. Y también había belleza en ella.
La habían llamado tan pronto como recuperaron el cuerpo. No preguntó detalles. Fue hasta allí si