¡Mis lobas hermosas! 🔥💖 ¡Por fin Willow se lanzó por lo suyo! ¿Qué tal esos capítulos? ¿Intensos verdad? 😱💥 Quiero saber TODO lo que opinan, cada detalle, cada teoría… ¡Ustedes saben que amo leer sus palabras tanto como ustedes aman esta historia! 💌📖 Un besote gigante, y prepárense… porque quedan MISTERIOS por resolver y MUCHA intensidad por vivir. 😏💣 ¡Las amo con locura, son las reinas de mi corazón! 💘🐺 #TeamWillow
C117- HORA EQUIVOCADA.Zayden empujó la puerta despacio y el olor a madera vieja y polvo lo golpeó de inmediato.No estaba allí porque la extrañara. No.Estaba allí porque, después de lo que Willow había descubierto, la duda, como un puñal, se había instalado en su cabeza. Y no iba a detenerse hasta arrancarla de raíz.Avanzó hacia la habitación provisional donde había llevado las cosas de Iridessa, hasta que fueran quemadas. Nunca se había tomado la molestia de revisar sus cosas. Nunca se había atrevido a cruzar ese límite. Sentía que no lo merecía. Que no tenía derecho ni a mirarla en su pasado.Ahora, sin embargo, sus dedos tocaron los baúles apilados junto a la pared. El cuero gastado crujió bajo su mano, y se agachó y abrió uno. Dentro, había pequeños trozos de lo que había sido su vida juntos: libros con las esquinas dobladas, bufandas tejidas a mano, ropitas diminutas que jamás llegaron a usarse. Su pecho se apretó más fuerte al ver la manta bordada con el nombre que nunca pron
C118- VERDAD CADA VEZ MÁS CERCA.Zayden estaba parado allí, con el cabello alborotado y el pecho subiendo y bajando como si acabara de correr una maratón. El relicario colgaba apretado en su puño, brillando bajo la luz temblorosa del pasillo.Noah le lanzó una mirada asesina mientras abrazaba a Willow contra su pecho.—¿Tienes idea de lo cerca que estuve de tocar el paraíso? —espetó—. ¿Vienes a interrumpir o a mirar? ¡Porque si es lo segundo, te cobro entrada!Zayden soltó una exhalación dura, ignorando la escena desastrosa frente a él.—Necesito hablar —gruñó, de una forma que hizo que Noah dejara de bromear al instante—. Y es ahora.Willow se cubrió mejor con las sábanas, y su sonrisa se desvaneció al ver la gravedad en los ojos de su primo.—Zay, ¿qué pasa?Él le dio una mirada rápida.—Vístanse. Los espero en la sala.Noah resopló, resignado. Cuando lo vio irse, le dio un beso rápido a Willow en la frente y se incorporó con un gruñido.—Esto va a costarte caro —siseó mientras iba
C119- NOAH TE AMA.Willow se agachó entre los matorrales y sus dedos ágiles arrancaron raíces frescas del suelo húmedo. Una sonrisa tranquila jugaba en sus labios. La mañana era clara, el sol apenas asomaba entre las copas de los árboles, y todo en su interior se sentía en paz. Después de tantas tormentas, de tantas dudas, había logrado arreglar las cosas con Noah.El simple recuerdo de sus cuerpos fundiéndose, de sus manos recorriéndola horas atrás, le calentaba el pecho.Sacudió un poco de tierra de una raíz gruesa y la echó en la cesta que llevaba colgada del brazo. Estaba tan absorta en su tarea que tardó un par de segundos en sentirlo.Una presencia.Fría.Tensa.Willow se giró en seco y vio a Ariella. De pie, unos metros más allá, sin la altanería de siempre, sin esa media sonrisa dulce que solía ocultar sus verdaderas intenciones.Su rostro ahora era serio. Y su mirada estaba cargada de algo que Willow descifró como resignación.Sin embargo, el aire entre ambas se volvió denso
C120- CACERÍA.En el salón del consejo, las antorchas parpadeaban, Zayden estaba en el centro, serio, pero su interior era una tormenta. La culpa le roía el estómago como una bestia hambrienta.Después de que el joven lobo les informara de la muerte, él y Noah habían ido a recoger el cuerpo. La imagen de Ariella, destrozada en medio del bosque, lo perseguía. Y lo peor no era el recuerdo. Lo peor era que no podía apartar la voz que le susurraba al oído: Es tu culpa. Estaba en tu tierra. Bajo tu mando.De pronto, la puerta se abrió.Y una loba entró.Era la Alfa de la manada de Ariella. La mujer caminó entre los presentes sin mirar a nadie. Llevaba el cabello oscuro recogido en una trenza gruesa, la frente alta, los pómulos marcados, pero los ojos como tormentas endurecidas.Su nombre era: Alma Ravenwood.Tenía cuarenta y tantos, pero su cuerpo aún era firme. Y también había belleza en ella.La habían llamado tan pronto como recuperaron el cuerpo. No preguntó detalles. Fue hasta allí si
C121- PREMONICIÓN.Noah empujó la puerta y de inmediato sintió el olor a pan tostado o más quemado. Cerró tras de sí y caminó en silencio hasta la cocina.Willow estaba de espaldas, moviendo algo en un cuenco con una cuchara de madera. Llevaba puesta una de sus camisas; para él, la vista era perfecta: el dobladillo le rozaba los muslos, las mangas estaban arremangadas y tenía el cabello recogido a medias y los pies descalzos.Sonrió sin decir nada y se acercó, la abrazó por detrás, con los brazos rodeándole la cintura. Ella soltó la cuchara, sobresaltada, pero rápidamente supo que era él.―¡Noah! Me asustaste. ―Cerró los ojos y apoyó la espalda en su pecho sin decir palabra.Él bajó la cabeza y le besó el cuello. Con un cariño que iba más allá del deseo.―Lo siento ―susurró―. Es que no pude contenerme, te ves… preciosa.Ella sonrió, pero luego apretó los labios. Llevaba todo el día pensando en la muerte de Ariella. Aunque habían sido rivales por poco tiempo, no merecía morir así. Adem
C122- JUGADA DEL DESTINO.Habían pasado dos semanas.Dos semanas en las que la manada vivía en una calma tensa.Zayden y Odette, sin embargo, siguieron adelante.Entre miedos y sonrisas nerviosas, comenzaron a preparar el cuarto para el cachorro. Ella estaba a punto de entrar en su tercer mes de gestación, y a Zayden se le iluminaban los ojos cada vez que pensaba en eso. Muy pronto podría olerlo.Saber que su sangre, su linaje, su vida, tomaban forma dentro del vientre de la mujer que amaba. Era su luz, en medio de toda la oscuridad que lo rodeaba.Por otro lado, Kendra se había mantenido alejada, más de lo que Zayden hubiera esperado. Era raro y preocupante. No obstante, mantenía sus instintos en alerta, aunque no había pruebas, aún.La noticia de que Rodrick había abandonado el castillo lo tomó desprevenido. Fue Tavin, su asistente, quien se lo comentó.—No sé cuándo se fue, alfa. No lo vi salir.Eso fue lo que más incomodó a Zayden. Rodrick siempre hacía ruido, siempre se aseguraba
C123- RECONOCIMIENTO ABSOLUTO.Zayden, en su estudio, miraba un viejo mapa. Era pequeño, pero lo suficientemente bueno para señalar el camino hacia el norte, hacia el aquelarre de las brujas perdido en las montañas.Su única oportunidad.Pero no podía decirle a Odette. No todavía. Sabía que ella se negaría, que se pondría nerviosa. Pero él estaba dispuesto a arriesgarlo todo. No iba a quedarse de brazos cruzados esperando que el destino le arrebatara lo que más amaba.Escuchó la puerta abriéndose. Rápido, dobló el mapa y lo escondió dentro del libro más cercano.Odette entró, con una sonrisa en la cara, llevaba el cabello suelto y en los ojos una ternura natural que siempre lo desarmaba.—¿Qué haces? —preguntó con curiosidad, acercándose.Zayden sonrió como si nada pasara.—Revisaba unos documentos de los ingresos del castillo. Inventarios y reparaciones —dijo, encogiéndose de hombros—. Nada importante.Ella no sospechó y fue hacia él, sin dejar de mirarlo, y antes de que pudiera deci
C1- NACIÓ MUERTO.—¡Ya viene, Luna, ya viene! —dijo la sanadora—. El cachorro ya pronto estará en tus brazos. ¡Puja, puja con todas tus fuerzas!Odette obedeció. Su cuerpo, tembloroso y empapado en sudor, jadeaba mientras otra ola de dolor la atravesaba. Apretó los dientes, sus manos se aferraron con fuerza a las sábanas empapadas y dejó que su cuerpo se desgarrara desde dentro. De repente, llegó el alivio. Y con él, un vacío abrumador.—Ya está —anunció la sanadora. Pero su tono no era de triunfo, sino de tristeza.Odette levantó la mirada, con los labios temblorosos.—No escucho llanto. No escucho nada. ¿Cómo está? —preguntó, apenas sosteniendo sus palabras—. ¿Por qué no llora? ¡¿Por qué no lo escucho?!La sanadora no respondió al instante. Miró al pequeño cuerpo inerte en sus brazos y luego a ella. Sus ojos lo dijeron todo antes de que hablara.—Fue un niño, Luna... pero... nació muerto.Odette parpadeó, como si no pudiera procesar las palabras.—No... —susurró, su voz quebrándose—