–¡Pero él amaba a Amara! –grita Sophie, y esta vez, sin poder contenerlo, las lágrimas le cruzan el rostro como ríos sin cauce. – ¡Llevaba años detrás de ella! ¡Soñaba con casarse, formar una familia, con tener un futuro con ella! ¿Cómo pasa de adorarla a… a ayudar a su madrastra a desaparecerla? ¿Cómo se corrompe así el amor?– Su voz se quiebra. El dolor la atraviesa, no solo por Amara, sino por la traición de alguien en quien había confiado ciegamente.
Liam se queda en silencio un momento. No por falta de palabras, sino porque las que tiene pesan demasiado. –Cuando el amor se tuerce, Sophie… se convierte en algo peligroso. –Hace una pausa. Mira hacia el suelo, como si recordara su propio abismo. – Si ese amor se mezcla con orgullo herido, con humillación, con la sensación de haber sido dejado atrás, de no haber sido suficiente… entonces ya no es amor. Es otra cosa. Es rencor, es sed, es veneno. Úrsula solo tuvo que tocar la herida abierta. Solo tuvo que arañar la parte rota de su e