Elisa abrió un poco los ojos y vio que eran las 7 en el reloj digital que tenía en su mesita de noche. Saltó fuera de la cama para dirigirse al baño, tenía que hacer todo de prisa si quería que su plan diera resultado.
_ ¿A dónde vas, con tanta prisa? ¡Vuelve aquí!_ le dijo Matteo medio dormido, llevaba varias noches quedándose a dormir con ella desde que su padre le diera aquel disparo.
_ No puedo, cariño, hay algo que debo hacer ahora temprano.
_ ¿Qué estas combinando esta vez?_ le dijo despertando por completo y en tono preocupado.
_ Algo por lo que te sentirás orgulloso de mí, te lo aseguro._ le dijo ella volviendo en sus pasos y acercándose a la cama para darle un corto beso en los labios.
_ ¡Elisa! ¿Por qué no lo piensas mejor y te alejas de los problemas?_ le dijo en un tono que suplicaba precaución antes de que ella desapareciera tras la puerta del baño.
_ Lo estoy haciendo, sigo tú consejo._ le dijo ella desde la ducha.
15 minutos después ya estaba llegando al café cercano a