UN TRATO DEL QUE NO PUEDES ESCAPAR (II)
―¡PAPA! ―Aylin corrió hacia un débil y demacrado Rowan, el lobo no era ni la sombra de lo que alguna vez fue, su piel estaba cubierta de moretones, algunos dedos de las manos parecían rotos e incluso sobresalían los huesos de su cara. Claramente, su padre había estado recibiendo un trato inhumano.
Ella acarició el cabello grasiento y enredado de su padre, mientras sollozaba.
―¿Por qué… por qué nos hacen esto?
El viejo beta abrió los ojos y sonrió, aunque estaba demasiado débil, podía sentir a su hija.
―Aylin…
―Aquí estoy papa… ―ella besó con ternura su cabeza, mientras las lágrimas seguían cayendo de sus ojos ―… Aquí estoy…
Rowan trago un poco e hizo un gran esfuerzo por hablar.
―Tu madre…
―No hables, no te esfuerces ―dijo suavemente.
Luego sus ojos se volvieron feroces y busco a Cassian.
―¡¿Te sientes satisfecho?! ¿Crees que en estas condiciones sobreviviría allá afuera? ―el pecho de Aylin subía y bajaba, en su interior bullía la rabi