C42- QUE BUENO VERTE, PRIMO.
C42- QUE BUENO VERTE, PRIMO.
El reloj marcaba las nueve cuando James entró al despacho de su padre y sobre el escritorio de Lucien había una carpeta con los informes del acuerdo con los mexicanos.
—Llegarán el viernes —dijo removiendo su whisky—. Quieren garantías, y no confían en nadie que no sea tú.
James asintió.
Tenía la mirada fija en la carpeta, pero su mente estaba lejos. Seguía viendo la imagen de Katerina, el vestido rojo pegado a su piel, esa forma en que lo había retado sin decir una palabra y Lucien alzó una ceja ante su estupor.
—¿Puedo saber qué demonios te pasa? Estás aquí, pero no estás.
James se acomodó en la silla, frotándose el cuello.
—Nada. Estoy cansado.
—Cansado, mis narices —gruñó—. No recuerdo la última vez que te vi tan distraído. Y todo empezó desde que trajiste a esa mujer, pareces otro.
James lo miró, molesto.
—Esa mujer tiene nombre, papá.
—Sí, uno que estás repitiendo demasiado —respondió Lucien con una media sonrisa—. Katerina esto, Katerina aquello...