C133-VA A ESCUCHAR.
C133-VA A ESCUCHAR.
Al día siguiente, Grayson estaba sentado en la cama de Oliver, con las mangas de la camisa dobladas y el cabello algo despeinado por la batalla que libraba con su hijo. Oliver reía a carcajadas mientras él le hacía cosquillas en el costado, rodando entre las sábanas.
—¡Basta, papá! —gritaba el chiquillo, riendo sin poder detenerse.
—¿Basta? ¡Eso dirá el que gane! —replicó Grayson, atrapándolo de nuevo y provocándole otra oleada de carcajadas.
Pero la risa se interrumpió cuando sonaron unos golpes firmes en la puerta. Grayson se levantó, aún con una sonrisa en el rostro, y fue a abrir. En el pasillo había un repartidor con una gran caja envuelta con papel brillante y un lazo impecable.
—¿Es esta la habitación de los Langley? —preguntó el hombre.
—Sí.
—Entrega para el niño Oliver Langley. Firme aquí, señor.
Grayson arqueó una ceja y firmó. El repartidor dejó el enorme paquete sobre la mesa del hospital y se marchó sin más. Con un suspiro y con mucha curiosidad, tomó