Antonietta miraba a la puerta de la oficina de su casa preguntándose qué pasaba dentro. Como si Dios atendiera sus oraciones ella vio la oportunidad surgir cuando Alessio salió del recinto y caminó hasta su dirección:
— Alessio, cuánto tiempo... - Empezó a decir Antonietta con su mejor sonrisa.
— Señora Amorielle. - Respondió Alessio que le dio apenas un asentimiento de cabeza y continuó andando.
— ¡Aléssio! - Llamó a Antonietta girándose hacia el hombre que continuó a pasos rápidos.
—Señora Amorielle, puedo ayudarla ? - preguntó Rocco parado detrás de Antonietta.
— Sí puedes, Rocco. - Respondió A