A la mañana siguiente, cuando abrí los ojos, él ya no se encontraba en la cama. Así que me levanté y después de cubrirme las marcas con un otoñal vestido vaporoso de mangas largas y cuello redondo, salí de la casa y Mad me llevó a la universidad. A diferencia del día anterior, esta vez no me habló en todo el camino, se mantuvo callado y pensativo.
Cuando llegamos, me despedí con un vago adiós y corrí a clases. No hubo nada novedoso durante la mañana, Dennis me ignoro y yo tampoco le hable; volviamos a ser desconocidas. Pero por la tarde, cuando salí de la universidad y me encaminé a casa, me encontré con Isabel; estaba fumando sobre la acera, acompañada de un chico bien parecido, que reconocí cómo uno de mis compañeros de clase.
—Oh, Livy, ¡eres tú!
Me acerqué a ellos, feliz por verla de nuevo.
—Hola, Isabel...
Ella señaló al chico sentado a su lado, él me sonrió amistosamente.
—Livy, él es mi hermano menor Cristian.
Su hermano extendió una mano y estrechó una de las mías