En ese momento Clara se le fue encima, deseando golpearla por lo que acababa de hacer. Emilia se encontraba lista para hacerle frente a su embate, pero no fue necesario y es que Alexander la detuvo antes de que pudiera llegar siquiera a ella.
Clara sintió una gran impotencia al verse detenida, pero eso no causo que detuviera sus intentos por liberarse y darle alcance.
—Te hare pagar por esto, te lo juro. Esto lo pagaras muy caro —le grito presa de la desesperación y la rabia.
—No me asustan tus amenazas —le aseguro Emilia, quien encontraba su arrebato patético; aunque también debía reconocer que era reconfortante verla en ese estado.
—Pues debería, deberías tener mucho miedo de mi —afirmo.
Emilia entonces comenzó a acercársele a ella un poco, deseando verla directo a la cara. Su cercanía causo que Clara deseara liberarse con aun más ahínco, pero eso no la preocupaba y es que estaba segura de que Alexander podría contenerla.
—Me quitaste todo aquello que amaba, todo lo que valoraba