A Lucía le impacto mucho un vestido de fiesta que vio, con tan solo echarle un vistazo, corrió al probador a ponérselo. Mientras, Mariana se quedó afuera, aprovechando para buscar algo bonito para ella también.
Cuando Lucía salió, Mariana se volteó y quedó paralizada al ver a la alta y hermosa Lucía, cuya elegancia y porte eran impresionantes. Sin poder contenerse, aplaudió:
—¡Lucía, me has dejado sin palabras! ¡No sabía que podías verte tan espectacular!
Lucía llevaba el cabello suelto y su piel suave brillaba aún más con el tono rojo del vestido. El corte strapless realzaba su busto perfecto, y la cintura entallada acentuaba sus delicadas curvas. La falda estaba adornada con rosas elaboradas a mano que parecían cobrar vida.
Lo más hermoso del vestido era cómo resaltaba la feminidad y delicadeza de quien lo llevaba sin opacarla.
Mirando a Lucía, Mariana pensó que su amiga lucía como una visión celestial, tan hermosa que parecía irreal. El vestido realzaba su belleza natural de una ma