Capítulo 7: Roces e indirectas

Gina lo encaró con valentía y decidida a no dejarse amedrentar por aquel pervertido sin escrúpulos.

—No acepto su propuesta. Nunca lo haré, así que no pierda su tiempo conmigo.

El hombre se le acercó con una sonrisa maliciosa, aunque sus ojos expresaban mucha rabia.

—Muchacha, no te conviene llevarme la contraria y, con ello, perder tu empleo. Mira que encontrar un buen trabajo es muy difícil, en especial si no te damos una buena recomendación.

—Su amenaza no tiene peso. Yo he sido una buena empleada, así que no hay razón para despedirme y, en caso de que eso suceda, ustedes no tienen ningún criterio válido para darme una mala recomendación.

—Bueno, eso lo veremos —respondió con cara de disgusto—. Te daré tiempo para pensarlo, pero mi paciencia tiene un límite.

—No tengo nada qué pensar. La que le advierte a usted soy yo, si me sigue acosando, lo voy a reportar.

La carcajada del hombre la sacó de sus casillas, pero ella no tenía tiempo para lidiar con ese depravado, así que salió de l
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo