Jack llevó sus manos a la cabeza y rasgó en verdad esto iba hacer más difícil de lo que pensaba, pero era mejor hablar o de lo contrario no sabía cómo iba arrancar a Elena de las garras de Caruso.
Alex tomo asiento, mientras su expresión en la cara cada vez era más preocupante, sabía que algo no estaba bien, y eso era frustrante.
—¡Por favor!, ¿Dime dónde está mi madre? —dijo en un hilo de voz Alex.
—Sé que tal vez no lo entiendas y tal vez me culpes por lo que está pasando, pero te juro que la vamos a traer otra vez junto a ti y tu hermano.
La mandíbula de Alex se tensó de inmediato, no eran buenas las palabras de Jack, su corazón y su pecho lo sabían.
—¡No estés con rodeos!, ¿Dime de una maldita vez en dónde está mi madre? —grito Alex lleno de impotencia.
Jack estiró sus manos y le pasó unos documentos a Alex en dónde claramente evidenciaba que Elena estaba en Italia, además que en los documentos había imágenes de Elena siendo raptada por hombres de Caruso y Santorini.
—¡No entiendo