La cena fue una tortura; todos los ojos estaban puestos en mí. Yo quería salir corriendo de este lugar; me sentía tan intimidada por los tres pares de ojos que me observaban con atención.
— ¿Por qué quieren que sea tan rápido el matrimonio? — Les pregunté.
— Para qué esperar más, solo será una pequeña ceremonia con algunos familiares y amigos. No será nada ostentoso — contestó Piero.
— Entiendo — contesté.
Necesitaba hablar bien con Mariano; él tenía que sacarme de esta. Yo no podía casarme con Fabien.
— ¿Y el vestido? Es que faltan muchas cosas y ustedes quieren que sea todo tan pronto — les pregunté.
Fabien me miró.
— Un vestido lo puedes conseguir en cualquier lado, y de lo otro no te preocupes. Tengo un equipo encargándose de eso, así que no pienses de más — me pidió.
Yo asentí y seguí comiendo, miré a la puerta esperando a que entrara Mariano, pero eso nunca pasó.
Después de la cena, Piero y su papá se fueron. Yo estaba que me tiraba del cabello; no me quería casar con é