Cap. 67
Pocas veces en su vida había experimentando el nerviosismo como tal. Conocido por su estoicismo, ver a Lemaire Edmond inmerso en una situación donde sus emociones y deseos ofuscaban el raciocino era como contemplar un milagro.
Tenía todo bajo control: La reservación en el restaurant preferido, la mejor botella de champagne, un sitio privilegiado donde gozarían de privacidad, y por supuesto, el precioso anillo que cambiaría para siempre su vida.
Conocía lo excéntricos y refinados que podían ser los gustos de aquella exigente pelirroja. Esperaba atinar con su elección; una sofisticada sortija de diamantes. Hizo caso a las sugerencias de la vendedora, quien aseguro la impresión que el costo presente generaría en la dama, reafirmando su originalidad al remarcar la procedencia del diseño, perteneciente a la línea de alta joyería. Sin más, acepto.
Habría sido más sencillo si el anillo de compromiso de su madre estuviese disponible, lamentablemente, Gerard exteriorizo su tentativa de proponé