Creía que mis ojos se saldrían de su lugar. El campus era grandísimo, en la entrada un enorme edificio con características inigualables daba la bienvenida a miles de estudiantes.
Apreté mi bolso y me apresuré a subir los escalones para entrar. Era golpeada por algunos hombros, pero creo que era normal, muchos de los estudiantes también tienen prisa de entrar. Avancé por los pasillos y creo que, si mi mentón no estuviera sujeto a mi cara, estaría en el suelo.
El campus era grandísimo, y este estaba inundado por los distintos pasillos. Mi vista empezó a recorrer cada uno de los edificios y mis pies avanzaron para introducirme en ellos.
Me acerqué a un grupo de estudiantes, quienes parecían ser de mi primer año, al igual que yo.
— Bienvenidos a la Universidad estatal Ne
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