Francine dio otro bocado al pastel antes de desahogarse.
— Ese imbécil me boicoteó solo porque falté al trabajo. Y todavía tuvo la cara más cínica del mundo para decir que estaba haciendo lo mejor para mí.
— ¿Y cómo te boicoteó? O sea… ¿qué hacía él ahí?
— No sé, Malu. Ese hombre es impredecible y, aparentemente, está en todos los lugares donde yo estoy. Lo vi hablando con un jurado, apuesto que fue por culpa de él que no me eligieron.
— ¿Y si solo estaba haciendo negocios, como siempre hace? Tú sabes que él ve dinero hasta en una sombra.
— No tengo idea, pero es demasiada coincidencia, Malu. Hasta otras candidatas se sorprendieron de que no me escogieran. Hubo chicas que me preguntaron en el pasillo si yo había rechazado la vacante.
— ¿Y no le preguntaste directamente a él?
— Malu, mis ganas eran torcerle el cuello a ese infeliz. ¿De verdad crees que yo iba a conseguir hablar con él? Yo simplemente me vine para acá, pensando que ya había tenido desgracia suficiente por un día… pero m