111. ¡Me lo debes!
Penelope
Frío. Siento como el frío me llena el cuerpo y sé que esa no es una buena señal. Ya ni siquiera siento dolor mientras que el sonido del llanto de un bebé resuena en mis oídos y veo la enorme sonrisa en el rostro de Nick.
Sin embargo, ahora más que nunca necesito creer que él va cumplir con su promesa, porque sé que yo no voy a poder estar ahí.
Los párpados se me empiezan a cerrar y siento como mis latidos se van ralentizando dentro de mi pecho antes de que cierre los ojos por completo y una luz aparezca y con ella, la imagen de la diosa.
—Oh mi niña, has sido muy valiente.—Las palabras de la diosa luna hacen que mis labios tiemblen y las preguntes se atoren en mi garganta desesperadas por salir.
—Sabías que iba a morir—le digo y el tono, más que una acusación, es de tristeza total—Lo sabías desde el principio.
La diosa deja salir un suspiro y avanza hacia dónde me encuentro . Sus sojos grandes y grises fijos en mí y entonces veo como una sonrisa triste se forma en sus labios.