9. Nadie toca lo que es mío
Nicklaus
“No quiero que me odies”
Esas palabras no dejan de repetirse en mi mente y no entiendo por qué demonios me afectan tanto. No sé por qué ella lo hace.
Desde el instante en que supe que me obligarían a casarme tuve todo claro, me iba a dedicar a hacer la vida de la chica espía un infierno y me encargaría de darle la menor información posible sobre mí.
Sin embargo, en la última semana debo admitir que Penelope ha resultado muy distinta a lo que esperaba.
—¿Qué vamos a hacer?—Su voz me hace girar el rostro hacia dónde ella se encuentra.
Decir que parece asustada sería quedarme corto, la cuestión es ¿qué es lo que le da miedo? Hay tantas preguntas sin respuestas alrededor de esta chica, que solo pensarlo hace que me ponga de mal humor.
—No creo que tengamos opción—respondo, encogiéndome de hombros, pues conozco al enfermo de mi hermano y sé de lo que es capaz si no vamos.
Mis palabras parecen terminar de quebrar a la chica enfrente mio. Veo como todo el rostro de Penelope pierde el