Me separo de mis padres, saber que mi madre está embarazada otra vez es una situación bastante complejo emocionalmente. Vuelvo a mi tarea de curar las heridas de mi suegro, lo más grave que tiene es un corte en la ceja que requiere de puntos.
-No quiero que lo hagas tú – me dice asustado, al verme con guantes, la aguja y el hilo -. No eres doctora.
-Pero lo seré – le digo sosteniendo la aguja -.
-Y será la mejor – agrega Alex -. Ahora deja que lo haga.
-No.
-Mira, Alex Castelli – dice la señora Pía -. O dejas que lo haga o llamo a tu madre, para que sepa lo mal que te has portado hoy. Y desde ya te advierto, tú y yo tenemos una conversación pendiente que no será agradable para nada, así que estate quieto… ¡o lo hago yo!
Se queda quieto, lo que me da a entender que se dejará atender. Se queda muy tranquilo, para cuando termino, se ha ganado unos lindos nueve puntos.
-Bien, suegro listo, ahora continúo con mi padre.
-Veng