CAPÍTULO 38**
Con eso, mi corazón comienza a latir como loco. Él acerca su rostro al mío y nuestros labios se encuentran. Ninguno de los dos se mueve. Sus labios están sobre los míos, no intenta profundizar el beso ni alejarse. Sus labios están tan bien colocados que no quiero que se aparte. Es la segunda vez que nos besamos, y es tan diferente. Los ojos de Liam están cerrados, mientras que los míos están bien abiertos, observando su rostro.
Después de un rato, se aleja, acercando mi cuerpo al suyo, y su cabeza viene a reposar en el hueco de mi cuello.
—Sabes, Bella, ella me hace falta. Me hace tanta falta —murmura.
¿De quién está hablando ?
—Es el día en que la perdí. Hoy es ese día, y cada año, me pone enfermo.
No sé de quién habla, pero sea quien sea, puedo sentir el dolor en su voz.
Liam déjà un leve beso en mi cuello, haciéndome estremecer.
—Liam, no estás en tu estado…
—Shh… Eres tan suave y reconfortante.
De acuerdo… mariposas, es hora de calmarse. Por favor.
¿Qué me estás haciendo, Liam Parker ?
A la mañana siguiente, me despierto sintiendo algo pesado sobre mí. Abro los ojos justo para ver a Liam todavía dormido en la misma posición. Miro el reloj ; son las 9. Es la primera vez que duerme tan tarde. Se ve tan tranquilo. Debía estar realmente cansado. Paso mis dedos por su cabello, pero en cuanto se mueve un poco, retiro instantáneamente mi mano. Liam abre los ojos y me mira.
—Lo siento. No quería despertarte —digo con una voz nerviosa.
Cierra los ojos, luego los abre de nuevo. Baja la vista hacia la posición en la que estamos y me mira confundido.
—¿Qué haces en la cama ? —pregunta con una voz rasposa de la mañana.
—Yo… yo… eh… estabas borracho anoche y…
No me déjà terminar la frase, se levanta de encima de mí y va directamente al baño.
Estúpida. Estúpida Bella.
Al salir del baño, y luego durante el desayuno, Liam no déjà de ignorarme. Mientras nos preparamos para ir al parque de atracciones, trato de hablar con él, pero se prepara y sale de la habitación sin decir una palabra.
Actúa como si todo fuera culpa mía. Como si fuera yo quien lo hizo todo.
Cuando llegamos al parque de atracciones, Ryan corre emocionado hacia la primera atracción. Liam y yo lo seguimos detrás. Liam ni siquiera me lanza una mirada. La primera atracción es una para niños, donde Ryan va solo mientras nosotros lo esperamos, viéndolo divertirse y saltar de alegría.
Decido dejar de intentar hablar con él. Después de todo, no es mi culpa. Él estaba borracho, él fue quien me besó primero, él fue quien durmió sobre mí, y mi brazo aún me duele por su culpa. Así que, Sr. Liam Parker, puedes quedarte en tu rincón, ya no me importa.
Miro a Ryan, parece tan feliz. Sonrío viéndolo, todo mi sacrificio es por ti, mi bebé, y pienso que todo esto vale la pena para ver esa sonrisa en tu rostro. Me hace un gesto con la mano y yo le respondo.
Grita desde la atracción :
—¡Mamá, esto es tan divertido !
Sonrío al verlo.
—Parece tan feliz —dice de repente Liam.
Pensé que ya no me hablabas.
Miro a Liam para verlo observando a Ryan con una sonrisa. Debo admitir que realmente se ve guapo cuando sonríe.
—Creo que deberías sonreír más a menudo —le digo, sin dejar de mirarlo.
Él gira el rostro hacia mí. Le sonrío, y él sacude la cabeza sonriendo antes de volver a mirar a Ryan.
Después de esa atracción, Ryan arrastra a Liam con él para comprar una pistola de juguete. Lo sigo. Liam le compra su juguete, y luego nos dirigimos a otra atracción. Pero en cuanto veo de qué se trata, me detengo en seco. Mis ojos se abren de par en par.
¿Montañas rusas ?
¡Oh no, esto no !
No hay forma de que suba allí.
Sintiendo mi ausencia a su lado, Liam se detiene y se gira para mirarme, seguido por Ryan. Liam me mira frunciendo el ceño. Ryan pregunta :
—¿Mamá, qué pasa ? ¿Por qué no vienes ?
Trago con dificultad.
—¿Por qué no vais los dos y os divertís ? Yo os espero aquí.
—No. Mamá, deberías venir también. —Ryan se acerca a mí y empieza a tirarme. Lo detengo y me quedo firme en mi lugar.
—Yo estaré bien. Id vosotros dos.
—No. —Ryan insiste.
—Sí. —Lo miro fijamente.
—No. —Vuelve a intentar jalarme, pero yo me mantengo firme.
—Sí.
—¡Mamá ! —me grita.
—¡RYAN ! —le respondo igualmente fuerte.
—¿Van a dejar de comportarse como niños, los dos ? —dice Liam.
—Pero yo soy pequeño, papá —responde Ryan, girándose hacia Liam antes de volverse hacia mí—. Pídele a mamá que deje de comportarse como una niña y venga con nosotros.