CAPÍTULO 33

BELLE PARKER

Al día siguiente, me despierto con un dolor en la espalda mientras vuelvo a caer.

— ¡Ay ! ¡Eso duele muchísimo !

— De verdad tienes que aprender a controlar tu lengua —dice la voz de Liam.

Miro a mi alrededor para encontrarlo. Está ahí, ya listo para el trabajo, de pie frente al espejo ajustándose la corbata. Me mira a través del espejo.

— Bueno, todavía es temprano, apenas son las ocho de la mañana. Así que puedes volver a tu sueño de belleza.

Me levanto del suelo y digo :

— No, gracias. Ya tuve suficiente sueño.

Le doy una patada al sofá, pero me vuelvo a hacer daño.

— ¡Maldita sea ! Odio este sofá.

Liam simplemente niega con la cabeza mientras me observa.

Camino hacia el baño, pero me detengo a mitad de camino y me doy la vuelta para mirarlo fijamente.

— Por cierto, desde que llegué aquí, mis sueños nunca han sido bonitos, excepto la noche en que tenía miedo.

Con eso, entro al baño.

Y aquí estoy otra vez, vagando sin rumbo.

Hoy decido que voy a hacer cupcakes para Ryan.

Por la mañana, vemos películas y después vamos a su sala de juegos. Tras jugar un rato, se queda dormido, luego llega su tutor y ahora está estudiando. Yo, como una buena madre, no quiero molestarlo.

Así que esa es la razón de mi deambular.

Me detengo frente a la habitación donde Liam me pidió que no entrara. Siento muchísima curiosidad por saber qué hay ahí dentro. Déjame pensar. ¿Qué podría esconder en esa habitación ?

Me pidió expresamente que no entrara. Antes, cuando le pregunté a Ryan, me dijo que Liam no permitía que nadie entrara ahí. Nadie. Ni siquiera Ryan. ¿Qué puede ser ?

¿Quizá fotos de su exesposa ? Nunca la he visto.

Hmm… sí, pero entonces, ¿por qué Ryan tampoco podría entrar ? Quiero decir, es su madre.

Tienes razón. Entonces, ¿qué podría ser ?

¿Otra oficina ?

Puede ser. A ese hombre le encanta su trabajo, no me sorprendería.

Pero no creo que sea eso. ¿Por qué prohibir la entrada si solo fuera otra oficina ?

Bien. Entonces tal vez sea un secreto. Tal vez descubra que es el jefe de la mafia o algo así.

¡Dios mío !

Solo de pensarlo me emociona. Liam Parker, jefe de la mafia. ¡Sería increíble !

Tus expectativas son demasiado altas.

¡Oh, no !

¿Y ahora ?

¿Será su sala de juegos ?

No es un niño, Bels.

No ese tipo de sala de juegos.

¿Entonces ?

Hmm… ¿conoces la sala de juegos de Christian Grey ?

¿En qué demonios estás pensando ?

No. Es posible. Piénsalo bien : Liam y Christian tienen cosas en común. Los dos son multimillonarios, los dos están solteros…

Él estuvo casado.

Pero ahora ya no lo está. Y también es intimidante.

Está casado contigo.

¡Santa Molly ! ¿Será que le gusta ese tipo de cosas ?

No lo creo.

Créeme, sí le gusta. Quiero verlo.

¡Dios mío, estamos en problemas !

La curiosidad me gana y empiezo a buscar la llave en los cajones de al lado. Finalmente la encuentro.

¡Ah ! Fue fácil.

Respiro hondo, abro la puerta lentamente y entro. Mis ojos se agrandan en cuanto veo el interior.

— ¡Santa vaca !

Bels, esto no tiene nada que ver con Christian Grey. Es tan hermoso, increíble.

Oh, sí, lo es. Tan precioso.

— ¡Guau ! Así que el señor Diablo Parker también es artista.

Empiezo a recorrer la habitación, mirando cada cuadro.

— Este hombre es perfecto. ¿Hay algo que no pueda hacer ?

— ¿Pero por qué escondería todo esto de los demás ? Debería estar orgulloso de estas obras, y en cambio las esconde. ¿Por qué ?

Cada pintura aquí parece contar una historia. Como si cada imagen tuviera un significado profundo.

Me acerco a una pintura y la toco. Una sonrisa se dibuja inmediatamente en mi rostro. Es preciosa.

Luego paso a otra y veo a una mujer. Es tan hermosa. Me pregunto si es solo fruto de su imaginación o si realmente existe alguien así de bella.

Pero no sé por qué, todas las pinturas transmiten tristeza, excepto la pintura de esa mujer. Ella parece tan feliz, tan llena de vida.

Respiro profundamente mientras la observo y pregunto :

— ¿Qué más escondes de todos, Liam ?

Debe de haber una razón por la cual no quiere que nadie vea esto.

Creo que debería salir de aquí.

Quedarme más tiempo no es una buena idea. Podría regresar en cualquier momento y si me ve aquí, estoy muerta.

Justo cuando estoy a punto de irme, mi mano golpea el portalápices que está sobre la mesa y cae al suelo. Me agacho para recogerlo, pero entonces escucho el timbre de la puerta…