26

**CAPÍTULO 26**

Asiento con una sonrisa.

Son tan amables. A veces, realmente dudo si Liam es su hijo o no. Es un completo tonto.

Mamá se acerca a mí y me toma de las manos.

—Bella, sé que Liam te ha casado solo por Ryan. Confío en ti. Realmente confío en ti, y por eso te he confiado a las dos personas más preciosas de mi vida. Sé que amas a Ryan y que cuidarás de él, pero Bella, esto no solo es sobre Ryan, también es sobre Liam. Nunca ha conocido el verdadero amor en su vida, por favor, quiérelo. Dale el amor que le falta. Por favor, Bella.

Veo lágrimas en sus ojos. Sonrío y asiento.

—Lo haré.

—¡Mamá !

Me giro y veo a Ryan corriendo hacia mí. Cuando finalmente llega, se detiene para recuperar el aliento.

—Ve más despacio, cariño. ¿Por qué corres ?

—Mamá, encontré algo.

Lo dice con emoción, aún respirando agitadamente.

—¿Qué ?

—Ven conmigo.

Entonces me toma de la mano y dice :

—Espera aquí.

Asiento con la cabeza.

Al cabo de un rato, vuelve con un plato lleno de pastel de chocolate.

—¡Mamá, mira, tu favorito !

—¡Pastel de chocolate ! —digo emocionada.

Él asiente con una sonrisa y me extiende el plato.

Comienzo a comer el pastel con alegría. Una vez que termino, pongo el plato sobre la mesa y digo :

—Muchas gracias, corazón.

Él se ríe y dice :

—Mamá, comes como un bebé.

—¿Eh ?

Él niega con la cabeza, toma una servilleta de papel de la mesa y me la extiende.

—El pastel está por toda tu boca.

Me limpio la cara con la servilleta.

—Gracias.

—Ahora voy a buscar pollo, adiós.

Me río y digo :

—Adiós.

Estoy a punto de volver a ver a mamá cuando mis ojos se fijan en la niñera, que parece preocupada. Me preparo para ir hacia ella, pero empieza a caminar en dirección a Liam. Ella lo llama, y Liam, que está ocupado hablando con otras personas, se disculpa con ellos y se une a la niñera. Me acerco un poco para poder escuchar su conversación.

¡Qué mal hábito, Bella !

Cállate. Quiero escuchar.

La niñera dice :

—Liam, nunca he estado sin ella desde que tenía dos años. Liam, esta es mi petición para ti, por favor, cuida de ella. Te confío mi vida. Sé que comete muchos errores. Pero, ¿qué esperas de una chica de 24 años ? Por favor, trátala bien y no seas duro con ella. Tiene el corazón muy tierno, podría no soportarlo.

Liam la escucha atentamente y luego, después de unos minutos, responde :

—No tienes que preocuparte por Bella, Sra. Adams. Yo me ocuparé de ella.

—Prométeme que nunca le harás daño.

—No lo haré —responde Liam sin dudar.

En ese momento, mi corazón se derrite.

Creo que podría hacer que ese burro terco y arrogante se enamore de mí.

Al menos hay una oportunidad. Tal vez un 50%.

Y estoy dispuesta a aprovechar esa oportunidad.

**BELLA PARKER**

—Papá, mil gracias —dice Ryan abrazando a Liam.

Estamos en el coche de camino a casa. Ryan, Liam y yo estamos sentados en la parte de atrás. Ryan salta de emoción contándonos todo lo que ha hecho hoy.

—¿Gracias por qué ? —pregunta Liam.

—Por casarte primero con mamá, y también por el pastel de chocolate en la fiesta. Hay otras razones, pero ahora no las recuerdo —dice Ryan haciendo una mueca.

Me río. Liam besa la frente de Ryan.

—Sabes, papá, mamá comió dos pedazos de pastel de chocolate esta noche.

Luego Ryan se detiene un momento y se ríe :

—Y, papá, ¿sabes qué ? Mamá come como un bebé.

Mis ojos se abren de par en par. Liam me mira con una sonrisa burlona.

—No hago eso.

—Sí, mamá. ¿No te acuerdas ? Mientras comías el pastel de chocolate, tenías por toda la boca y tuve que darte una servilleta para limpiarte la cara.

—No, eso no pasó. —Lo miro con severidad. Él entiende y se calla de inmediato.

Liam sigue mirándome, luego, cuando nuestras miradas se cruzan, se ríe y dice, mirando hacia adelante :

—Es un bebé.

Frunzo el ceño.

¿Eh ? ¿Yo ? ¿Un bebé ?

Finalmente, cuando llegamos a la casa, Liam acompaña a Ryan a su habitación para cambiarlo y acostarlo. Estoy agotada y no tengo fuerzas para ir a ver a Ryan. Liam lo entiende y lo lleva consigo.

Me dirijo a la habitación de Liam. Al llegar, me quedo en shock. Decir que su habitación es hermosa sería un eufemismo. Es más que espléndida. No cabe duda de que los millonarios tienen buen gusto. Echando un vistazo a la habitación, me doy cuenta de que ahora, esta habitación no será solo suya, sino también mía.

—¡Ah ! Qué bien se siente.

Estoy a punto de entrar al baño, pero me detengo.

—¡Mis vestidos ! ¡Vaya !

Corro hacia su vestidor. Veo su ropa de un lado y ropa femenina del otro. Supongo que es para mí. Suspiro aliviada y miro detenidamente todos los vestidos.

—Espera. Estos no son míos.

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