09

CAPÍTULO 09

Yo también lo pienso. No estás acostumbrado a tanto silencio.

Exactamente. Espero que al menos hable mañana.

Quizás.

De todas formas, ignorémoslo y durmamos.

Con eso, me duermo.

—Cállate, idiota —grito, tapándome las orejas con la almohada.

—Cállate o te juro que te voy a romper —vuelvo a gritar.

Bueno, si te lo preguntas, es la alarma. Esa idiota siempre me despierta temprano por la mañana.

—¡Pff ! —finalmente me siento en la cama, despeinándome el cabello, y luego echo un vistazo a la alarma.

—Vete al diablo, idiota.

Me levanto de la cama y voy al baño. Mientras me cepillo los dientes y me doy un baño, me preparo para el trabajo. Al dirigirme hacia la cocina, veo a la niñera preparando el desayuno.

—Buenos días —digo.

Ella me mira con desconfianza y dice :

—¿Por qué estás tan feliz hoy ?

—Eh, no lo sé, pero siento la felicidad creciendo en mí —respondo con una sonrisa.

—Eres un caso totalmente desesperado.

Me río.

—¿Qué has preparado para el desayuno ?

—Sándwiches.

—Encantador —me siento rápidamente, esperando que me sirva.

Ella niega con la cabeza y sonríe.

Aquí estoy, de pie en la puerta del lugar más aburrido de este mundo.

Gimo de frustración.

No tienes otra opción, Bels acaba de llegar. Recuerda que tienes que pagar el alquiler. Puedes hacerlo.

¡Sí ! Tengo que hacerlo, aunque no quiera.

Toco el timbre, y María abre. Le sonrío y digo :

—Buenos días.

—Buenos días, querida. ¿Cómo estuvo tu fin de semana ?

—Eh… agitado. Tenía mucho trabajo. ¿Te hablé del nuevo apartamento, verdad ?

Ella intenta recordarlo y luego dice :

—Ah, sí, sí me contaste.

—Eres tan cambiante y todo lo que quieres.

—Ay, pobrecita.

Asiento con la cabeza, poniendo cara triste.

Oye, vieja, no te preocupes por mí. Esta idiota durmió casi diez horas. Está perfectamente.

Sonrío interiormente y entro en la casa. Me detengo al oír voces en el salón. Me doy la vuelta para ver de quiénes se trata.

El señor Parker y una mujer están sentados en el sofá, conversando, y Ryan, sentado en otro sofá, los observa fijamente.

Ese niño es aún más adorable cuando lanza miradas así. Me encantaría tener un hijo igual de lindo algún día. Con, eh… el señor Parker. Pienso mientras levanto la vista.

¡OH DIOS MÍO ! Imaginar a nuestro hijo. Mi belleza y mi inteligencia en ese niño. Sería perfecto.

Hum… Creo que estás cometiendo un error.

¿Eh ? ¿Qué error ?

Su belleza y su inteligencia. Quizás pueda considerar tu belleza también, pero la inteligencia… eh… lo siento, no.

¡Cállate, idiota !

—Bella —una voz familiar me llega de un lado. Miro y veo a María haciéndome señas para que mire al frente. Giro la cabeza y veo al señor Parker parado justo frente a mí.

¿Cuándo llegó aquí ?

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no sueñes despierta ? —dice.

—Lo siento, yo… yo… —me interrumpe una voz femenina.

—Ah, entonces es ella. La niñera —me doy la vuelta y veo que la mujer con la que el señor Parker hablaba ahora está de pie. Se acerca a nosotros y se aferra a su brazo.

¿Alguien puede decirle que se aparte de él ? Es mío.

¿Cómo ? ¿Tuyo ? ¿De dónde salió eso ? ¿Qué te pasa hoy ?

No lo sé, simplemente no me gusta que ella le agarre el brazo.

Oh, chica, siento celos.

¿Celos ? ¿Yo ? ¿Por qué estaría celosa ? No, no lo estoy.

Sí, lo estás. Estás súper celosa.

Te digo que no.

—Tiene la costumbre de soñar despierta mientras uno le habla —dice el señor Parker mirándome pero hablándole a esa mujer, lo que me devuelve a la realidad.

—¿Eh ? Lo siento.

—No te molestes en disculparte una y otra vez —dice.

Luego miro a la mujer y digo :

—Bella Adams.

—Mia Blanche —dice ella, apartando la mirada.

Qué grosera. Ya la odio.

—Me voy ahora —dice el señor Parker, mirándome pero dirigiéndose aún a esa mujer.

¡Puaj ! ¿Por qué estoy nerviosa ?

Va hacia Ryan, se arrodilla frente al sofá donde está sentado y dice :

—Adiós. Volveré temprano y podremos ver la película que quieras juntos.

Ryan sonríe y asiente.

—Adiós, papá.

Le besa la mejilla y dice :

—Recuerda lo que te dije anoche. Puedes aceptar lo que la señorita Adams te dé.

Ryan asiente alegremente.

Frunzo el ceño.

Pero no traje galletas hoy. Anoche me las comí todas. ¿Por qué como tanto ?

Suspiro.

Suspiro.

Suspiro.

El señor Parker se levanta, me lanza una última mirada y se marcha. Estoy a punto de ir a ver a Ryan cuando Mia me toma la mano y me detiene. La miro, confundida.

—Escucha, sea cual sea tu nombre, te advierto que te mantengas alejada de Liam.

—¿Perdón ? —pregunto, confundida.

—No te hagas la tonta. Mantente alejada de mi hombre.

—¿Tu hombre ?

—Sí, mi hombre. Es mi novio. Estamos juntos desde hace meses.

¡No ! Puedo sentir mi corazón romperse.

Está ocupado.

No está soltero.

Pero aun así, no voy a perder contra esta idiota.

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