CAPÍTULO 81**
Furiosa, voy a su oficina sin tocar la puerta. Está allí, sentado en su silla, trabajando en su computadora portátil. Levanta los ojos para mirarme, luego frunce el ceño. Me observa un momento, luego la confusión en su rostro se transforma en una sonrisa diabólica. Se recuesta en su silla. Yo me quedo de pie frente a su mesa.
— Tenemos que hablar —digo con tono severo.
— Te escucho —responde, con la misma sonrisa burlona en los labios.
Su sonrisa burlona me irrita aún más.
— ¿Puedes parar ? —le pido.
— ¿Parar qué ? —pregunta.
Me contengo de no abofetearlo.
— Besarme. Aprovecharte de la presencia de Ryan —digo con voz enojada.
— Es mi derecho besarte.
— No, no lo es. No puedes besarme siempre sin mi permiso.
— ¿Y por qué no ?
— Porque lo dije —respondo en voz alta.
Sigue observándome un momento, luego se levanta de su asiento y se acerca a mí. En segundos, me agarra de la cintura y me acerca a él. Me quedo allí, sorprendida, su mano se posa sobre mi rostro, acariciando le