—Parece que nos hemos entendido, ¿Eh? ¿Qué te parece si cambias mi dedo por un osito?
Juan Carlos sacó de bolsillo un pequeño osito rosa y Frida desvió inmediatamente la mirada hacia su nueva presa. Le soltó el dedo y alargó la mano hacia el juguete con un grito de alegría. Se lo tendió riendo y se echó a reír al ver que le mordía la oreja.
Daniela miró con los ojos entrecerrados a Juan Carlos y pensó.
“¡Le trajo un juguete! Erróneamente, había creído que se enteró de la existencia de Frida por el cuadro, pero es obvio que ya lo sabía y solo una persona le pudo haber dicho”
Daniela y Sofía cruzaron miradas y las dos llegaron a la misma conclusión, ¡Que matarían a Sergio!
–Se lo lleva todo a la boca –le explicó la señora Elena a Juan Carlos—. Gracias por el regalo.
—Debería habérselo traído hace mucho tiempo –respondió Juan Carlos mirando con reproche a Daniela.
Y ella desvió la mirada, se sintió un poco culpable por el papel que había jugado ella en aquel retraso.
—¿Quieres co