Pero ella no se consideraba una mujer seductora, estaba acostumbrada a que la pretendieran. De repente sonó el timbre y se sobresaltó y el corazón le pulsó rápido. Respiró profundo tratando de calmarse, fue a la cocina apresurada a beber un vaso de agua, mientras el timbre sonaba de nuevo.
Se dirigió apresurada a la puerta, arreglándose el peinado y el vestido. Observó por la mirilla y era Juan Carlos. Abrió la puerta decidida y al ver la expresión de sorpresa de él mirándola de arriba abajo, ella exclamó con tono de decepción.
—¡Ah! Eres tú —le dio la espalda y regreso a la sala a esculcar su pequeño bolso negro. Juan Carlos irritado, le preguntó.
—Que significa eso de "¡Ah! Eres tú"
—Tengo una cita, ¿Viniste a decirme algo?
Juan molesto le respondió.
—¡Como que tienes una cita! ¡¿Se te olvida que hoy es mi visita de fin de semana?!...
Daniela fingió sorpresa y le exclamó.
—¡Ay, Juan! ¡De verdad se me olvidó que tú vendrías! Es que nos pusimos de acuerdo hace varios días y con