~Alana~
Todo ya estaba listo: las flores adornando la casa y el jardín, los invitados de otras manadas llegando entre risas y charlas con sus mejores trajes.
Desde la ventana, cubierta con una simple bata, observo cómo las mesas son decoradas con cristales y platos vacíos, y las sillas puestas en lugares específicos para cada miembro.
Todo es como en algún momento deseé, tan hermoso e impresionante, diciéndole al mundo, a nuestra luna, que éramos el uno para el otro.
Sin embargo, este no era el caso; era solo una unión por acuerdo, no había nada más que eso, no había amor, no había un lazo que nos atara, solo teníamos que fingir un amor que no sentíamos, un amor que pertenecía a personas diferentes.
Me alejo de la ventana, sentándome de nuevo frente al espejo. Mi cabello ya está peinado, recogido en un moño elegante; mi maquillaje es exquisito, un ahumado perfecto para resaltar mis ojos grises, mis labios con un simple brillo para dejar que mis ojos sean los protagonistas y