— ¿Estás segura?
—Totalmente —asintió con confianza.
Owen, el amigo con beneficios de Clover, se ofreció para llevarnos hasta su contacto. Dijo que el sujeto no soltaría nada frente a un par de desconocidas así que era mejor que él y su amigo estuviesen presentes.
Sin embargo, estaba atenta. La gente solía pasarse de lista engañando a la policía, pero yo no era una niña tonta, sabía lo que tenía que hacer, y si algo salía mal solo me importaría salvar a Clover.
—Okey, se te nota a leguas que no confías nadita, nadita —Clover interrumpió el silencio— ¿Puedes hacer el intento? Owen es un buen muchacho, no nos metería en problemas.
—Querrás decir que a ti no te metería en problemas —repliqué—. A mí ni siquiera me conoce.
Rodeó los ojos con exageración y se cruzó de brazos.
—Solo confía en mí, ¿sí?
—Eso hago —iba a añadir algo más, pero una corneta de un auto me interrumpió.
—Es él —la morena tomó su teléfono y cami