POV Valentina
Al salir de la clínica, Dominic me mira de reojo mientras caminamos hacia la salida. Su voz suena suave, casi como si temiera romper el momento.
—¿Tienes hambre? Ya casi es hora de cenar.
—No, la verdad es que no… —respondo bajito, llevándome una mano al vientre—. Sé que debo comer, pero últimamente no he tenido mucho apetito.
—¿Y piensas acostarte sin cenar?
Justo en ese instante, como si me traicionara, mi estómago da un pequeño giro. O tal vez fue el bebé, haciéndome recordar ese antojo que llevaba días rondándome.
—Bueno… hay algo que sí quisiera comer —digo
Él me mira, curioso.
—¿Ah, sí?
—¿Recuerdas los deditos napolitanos con queso que preparaba doña Refugio? Los que venden en la cafetería donde solíamos ir…
—¿Claro? ¿Quieres que vayamos?
Asiento.
—Sí… vamos.
—Perfecto.
—Pero te veo allá, porque viene en mi auto.
—Está bien —responde. Y se encamina hacia su coche.
Mientras lo veo alejarse, llevo una mano a mi vientre.
—Así que tú y yo queremos deditos de queso, ¿e