Kiki y Alan habían disfrutado de una estupenda mañana, justo era la hora de regresar con la familia, en el camino compró algunos postres, algunas artesanías y detalles. Alan le había dejado en el estacionamiento, él debía regresar y trabajar unas horas.
Kiki y él se despedían quedando en verse el día siguiente, pasaría por ella para llevarla al entierro de la madre de Marga.
Al llegar con la familia su madre fue la primera en recriminarle.
-Mamá salí de compras…quería…-.
- ¿No era que estabas haciendo ejercicio? -.
-Claro, pero después de jugar tenis, asistir a la clase de yoga…y.…-. Nita le hizo señas que no hablara más.
-Esta mañana ibas tan de prisa, que pensé que correrías, te escuché decir que, después de hacer ejercicio, querías un masaje, y nadar un poco. Parece que a última hora cambiaste los planes-.
-Oh…Nita, no te tomes tan en serio mis palabras a veces, es que me dio cierta curiosidad ir a meditar un poco, ya sabes…respira exhala-. Kiki hizo un movimiento con sus brazos-.