-Señora Molly… es más de lo que tenía en mente, le agradezco, mañana mismo haré los arreglos para mudarme el fin de semana, mi familia me dará una mano-.
-Qué bueno Eliot, aquí te entrego las llaves, hablaré esta noche con el propietario para colocarlo al corriente-.
-Muchas gracias señora Molly es usted muy amable-.
-De nada Eliot, es con toda mi buena voluntad, ahora te llevaré hasta la empresa…o si gustas te acerco a tu casa, tu bicicleta está a resguardo-.
-No sé qué decir señora…-.
-Se dice, muchas gracias-. El chico se sonrojaba, pero aceptó que la señora Molly le acercara a su casa.
En el camino Molly le contaba sobre la historia del edificio y la remodelación que años atrás lo convirtió en la belleza que ahora era.
Entre otras cosas Eliot le contó sobre la nota que rondaba en la prensa de su esposo, lamentaba mucho por el momento que estaba atravesando, Molly reía divertida, era precisamente lo que quería, que hablaran y hablaran sin parar.
-No es una molestia en lo absoluto p