Capítulo 47. Un nuevo amigo
Sin ninguna novedad, el fin de semana llegó finalmente. Y la ansiedad agobiaba a Marco que en esos días no tenía la excusa del trabajo para desaparecer por varias horas.
Se levantó el sábado muy temprano, y el sol cálido entraba desde el balcón. Se le ocurrió que parecía un día agradable para desayunar sintiendo la brisa, y así lo hizo en cuanto le trajeron la bandeja.
La cocinera había preparado las cosas favoritas de Ámbar, y eso lo hizo añorarla.
Escuchó un auto saliendo de la cochera. Probablemente ella había decidido visitar hoy también a su madre en el hospital.
Mejor, así no correría el riesgo de encontrarse con ella en la casa.
Le escribió a Mario para saber cuáles eran los planes de Ámbar.
"Mario ¿dónde llevaste hoy a Ámbar?"
"Al hospital, señor. La estoy esperando ahora en el estacionamiento. Me pidió que luego vayamos de compras al centro comercial. Así que más tarde la llevo. A menos que usted ordene otra cosa"
A Mario le había parecido que la señorita Rice se veía algo