Capítulo 24. Paseo de ensueño
Cuando terminaron el refrigerio que habían preparado, algo ligero y refrescante para ese día de calor, Marco preguntó:
-Y bien… ¿Tienen planes para hoy? Si no hay otra actividad prevista, me gustaría mostrarle los alrededores de la casa a Ámbar… el lago, el bosque…
-Sí, precisamente, Julio está preparando los caballos para que todos hagamos un recorrido por las tierras… ¿Alguna vez has montado a caballo Ámbar?
-Nunca… la verdad es que me da algo de miedo…
Enseguida intervino Marco.
-No te preocupes, tendrás tiempo de acostumbrarte en el futuro, no será la única oportunidad que tengas- y agregó acariciando su mano para transmitirle confianza- por hoy, iremos juntos en el mismo caballo, así te sostengo y no tienes miedo. ¿Estás de acuerdo papá?
-Por supuesto, me parece una buena opción.
-¿Tus niños vendrán hoy, Alex?- indagó ella para cambiar de tema. La idea de montar ya le estaba dando ansiedad
Alex le sonrió con evidente falsedad. A Ámbar no le gustaba eso.
-No, ellos tenían otros