Sarah Brown
Desperté, la luz del sol se colaba por la habitación. Me giré y Vlad no estaba a mi lado, miré la hora y marcaban las nueve de la mañana.
Esté hombre es un madrugador, ¿No se puede quedar más tiempo en la cama?
Me levanté y fui al baño, encendí la llave de la ducha y entré en él. Me relajé debajo de la regadera, el agua caía por mi cuerpo, relajando cada músculo de mi cuerpo. Dios, esto es una bendición, me daba una paz y calma.
Cuando acabé, me enredé una toalla en mi cuerpo y otra en el pelo. Me miré en el espejo y me noté más delgada, mi rostro marcaban mis ojeras.
»Sarah, tu enfermedad sigue avanzando y sintiéndolo mucho, irá a peor. La medicación ayuda, pero cuanto más avanzas, menos efecto hace. Sarah, estás en lista de espera. Tenemos que esperar para tu operación.«
Los recuerdos y las voces de mi doctor, penetran mi cabeza. Saber que tenía los días contados, que iba a morir, no es algo que quieras recibir. Disfruto de los dias