C239: No siento nada.
Era de noche cuando el silencio de la habitación solo era interrumpido por las suaves respiraciones de los dos hombres que compartían la estrecha cama. Jasper permanecía acostado de lado, dándole la espalda a Gerald. Tenía los ojos entreabiertos, en un estado de somnolencia donde no dormía del todo, pero tampoco estaba completamente despierto.
En cambio, Gerald dormía profundamente, abrazado a él, como si quisiera mantenerlo cerca incluso en el descanso. Durante un momento de quietud, Gerald abrió los ojos lentamente y se acercó aún más, depositando una secuencia de besos suaves en la nuca y el hombro desnudo de Jasper.
—¿Qué tal si lo hacemos una vez más? —le susurró Gerald al joven en el oído.
La insinuación no era solo deseo, Gerald lo decía con una naturalidad que hablaba de costumbre, de intimidad establecida. Habían tenido sexo momentos antes, y él simplemente se había quedado dormido abrazándolo, como solía hacer.
Gerald no era uno de esos hombres que solo buscaban un cuerpo p