84 - Perdido en la miseria.
El sol se filtraba por las cortinas, proyectando un resplandor tenue sobre el despacho de Jorge Guerrero. La luz le golpeó el rostro y, con un gruñido, trató de girarse, pero algo suave y cálido estaba pegado a su pecho. Su mente aún estaba nublada, el alcohol de la noche anterior seguía pesando en sus sentidos, pero la sensación de ese cuerpo pequeño y delicado contra el suyo lo llenó de una emoción repentina.
— Anaís... — susurró con una sonrisa. Sus dedos recorrieron con suavidad la espalda desnuda de la mujer a su lado. Su corazón latía fuerte. ¿Había sido un sueño? ¿O realmente ella había vuelto a él? Pero entonces la puerta se abrió de golpe.
— Señor... — Ramiro se detuvo en seco, su expresión endureciéndose al ver la escena frente a él.
— ¡Ramiro! ¡No puedes entrar así! — gruñó Jorge, frotándose la sien con una mueca —. ¿No ves que estoy con mi esposa?
Ramiro frunció el ceño y miró hacia otro lado.
— Señor... ella no es su esposa.
El cuerpo de Jorge se tensó de inmediato. El mun