Para Natalia no resultó sorprendente oír esa voz, ya que desde el momento en que Alexa le indicó a dónde irían, comprendió que podía existir la posibilidad de volver a encontrarse con su hermana en ese lugar, ya que era el sitio donde ella desperdiciaba todo el dinero de su padre.
A pesar de que inicialmente deseaba volver a la mansión, al final comprendió que no podía continuar mostrando cobardía y que debía confrontar sus propios temores. Además, tenía la certeza de que Alexa no la abandonaría a pesar de todo.
- ¿No me digas que estás comprando ropa y que por fin desecharás esos trapos sucios que usas? - Le dice mientras intenta tomar una de las bolsas que Natalia tiene en sus manos. -
- Oye, ¿qué crees que haces? - Alexa se interpone e impide que Bianca se acerque a Natalia. - Alejate de ella.
- ¿Y tú quién te crees que eres? No me digas que… ¿eres su sirvienta? Vaya, no faltaba más, apártate andrajosa.
- Bianca, detente. - Bianca sonríe al escuchar a Natalia. - Dejala tra