Roger se recuperó rápidamente con solo un poco de descanso. Luna dormía plácidamente a su lado, su cuerpo sentía una extraña revitalidad. Era una sensación de poder que lo recorría por cada centímetro de su cuerpo, sus músculos parecían más tonificados y sus sentidos más agudos. Como Alfa con buena genética, sus capacidades eran superiores a muchos alfas de manadas menores, pero ahora sentía que era incluso más poderoso que su padre y no entendía la razón.

Luna lloró durante horas hasta que el sueño la venció. Roger la miraba con tanta admiración; era tan bella y frágil, pero en el momento de actuar, no se dejó vencer por el pánico. En ese momento entendió a su padre y su obsesión por Sofía: solo con dormir junto a una mujer como ella lo volvió más fuerte y con la necesidad de protegerla, pero en su pecho ardía algo más que pasión y deseos lujuriosos; era una necesidad de amarla y ser amado por ella.

Roger sintió que necesitaba preguntar qué era lo que sucedía en su cuerpo. Era increí