En la casa principal, a muchos les costó conciliar el sueño, pero en una pequeña cabaña escondida en el monte. Un par de jovenes recordaban ese día e el que se conocieron.

Su tía Luz siempre un paso adelante había preparado el refugio para ellos, era demasiado rustico, pero le daba un toque de romanticismo.

Todo el trayecto a la cabaña, Luna lloró dejando salir gran parte del dolor acumulado.

Vladímir: - Cariño, al pasar el umbral te olvidas de todo lo que sucedió hoy. No quiero que tengas el rostro hinchado y te veas fea.- mientras le colocaba un mechón de cabello tras sus oreja.

Luna: -¿Ahora intentas ser una versión adulta de Alejandro adolescente? -

Vladímir: - Ahora estas más cariñosa con él, capas que te maltraten te gusta- con una media sonrisa.

Luna: - Soy demasiado pura, no conozco ese tipo de perversión.- si quería jugar con el doble sentido, ella estaba dispuesta a jugar.

Vladímir: - Cariño, no me tientes- levantando su delicado cuerpo como a una novia.

Ese lug