Laura se quedó paralizada. —¿Qué has dicho?
Manuela respiró profundamente y enfatizó cada palabra: —¡Miguel me pidió que lo representara en un juicio para quitarte a Samuel!
Esta vez Laura entendió claramente y reaccionó. Su rostro se endureció, tenso: —Dile que busque a otro para intentar quitarme a mi hijo. Cuando llegue el juicio, exigiré que se transmita en vivo para que toda Santa Clara vea cómo lo humillo públicamente.
¿Con qué cara Miguel pretendía quitarle a su hijo?
—Ya lo rechacé en el momento. Me amenazó diciendo que me haría imposible ejercer como abogada en Santa Clara —Manuela era ahora una reconocida abogada con buenos ingresos anuales, y no temía lo que Miguel pudiera hacerle.
Además, tenía a Laura respaldándola. ¿Qué podía temer?
—¡Dile que venga con todo lo que tenga! ¡Ya verá cómo lo dejo en ridículo! —Laura sonrió con frialdad—. Si vuelve a buscarte, dile que me contacte directamente.
Quería ver hasta dónde llegaba la desvergüenza de Miguel.
La había difamado una y