—En la puerta del baño me encontré con una señora rara que me agarró, me insultó, me pellizcó la cara y dijo que no podía usar ropa de niño —explicó Samuel, señalando su rostro. No mencionó su encuentro con Abril para evitar que su madre recordara a su hermana.
Laura se alarmó. —¿Cómo era esa señora?
—¡Era muy fea! ¡Como una bruja vieja! —respondió Samuel, resentido por el maltrato recibido. A pesar de su corta edad, tenía un carácter vengativo y no olvidaba las ofensas. No entendía por qué esa mujer lo había insultado y pellizcado.
Santiago giró su rostro para examinarlo y notó la marca roja en su piel clara.
—Vayan al auto, haré una llamada —dijo Santiago con expresión seria.
Laura sabía que iba a investigar a esa mujer. Asintió sin preguntar y se marchó apresuradamente con Patricia.
—Mamá, ¿dónde vamos a vivir? —preguntó Samuel suavemente, abrazado al cuello de Patricia.
—¿Por qué no viven conmigo? —sugirió rápidamente Patricia.
Laura sonrió. —No olvides que ahora soy una super mill