—¿Qué pasa? —preguntó Laura mientras se masajeaba el cuello adolorido.
—Miguel está tramitando documentos para que Jenny salga del país, probablemente la enviará al extranjero pronto —la voz al otro lado del teléfono bajó considerablemente, como temiendo que Laura se entristeciera.
—Entiendo —Laura esbozó una sonrisa sarcástica y dijo suavemente—: Sigue vigilando este asunto y avísame inmediatamente si hay novedades.
—¿Estás... bien? —preguntó con cautela.
Laura sonrió:
—Estoy bien, no te preocupes.
Ya había superado sus sentimientos por Miguel, las noticias sobre él ya no le causaban ninguna alteración emocional.
Solo reflexionaba sobre lo bueno que era Miguel con Jenny.
Siempre allanándole el camino en silencio, eliminando todos los obstáculos.
Incluso confiando en ella incondicionalmente.
Creyendo todo lo que Jenny decía.
Precisamente por esa confianza, Jenny actuaba sin restricciones.
—Me alegro que estés bien, me preocupaba que no pudieras soportarlo.
—Tranquilo, estoy bien.
—Ella