‒ Ya llevan tres años de casados tú y Miguel, ya es hora de que tengan un hijo. ¿Qué te parece si renuncias a tu trabajo y te dedicas simplemente a prepararte para el embarazo? Después de que nazca el bebé puedes volver a trabajar ‒ El anciano estaba ansioso por que Laura quedara embarazada, convencido de que un hijo haría que Miguel sentara por fin cabeza.
Laura soltó una suave risa y negó con la cabeza. Antes de que pudiera responder, una voz interrumpió:
‒ ¡Papá, me enteré de que quieres transferirle tus acciones de Nexus a Laura y no estoy de acuerdo!
Al escuchar la voz, Laura alzó la mirada y vio de reojo a su suegra Fiona entrando furiosa por la puerta, con aspecto cansado como si acabara de llegar de un viaje.
‒ ¡Mis acciones se las doy a quien yo quiera! ¡Tu opinión en realidad no importa! ‒ le recriminó Emiliano con el rostro ensombrecido.
Fiona se plantó frente a Laura, examinándola con ojos penetrantes:
‒ Laura, si aceptas esas acciones, ¡tendrás que divorciarte de Miguel!
S