Una gruesa carta de varias páginas estaba dentro, con el antiguo y elegante garabato que era la letra característica de su abuelo, su corazón latía acelerado mientras sus ojos comenzaron a devorar las palabras...
"Mi muy amada Anya:
Si estás leyendo esto, es porque finalmente la muerte me ha alcanzado pese a luchar con todas mis fuerzas para no marcharme sin antes poder reparar la mayor injusticia que cometí en mi vida. Esos actos viles, inmundos, sólo producto del orgullo y la soberbia que durante años me cegaron al ver únicamente con los ojos de la opulencia y el ego...
Fui un necio, un completo imbécil que se dejó envenenar por las mentiras y envidias de aquellos que ni siquiera debería considerar mi familia. Te repudié, te insulté de la peor forma, a ti que eras la joya más preciada de nuestra familia, te privé del apoyo y el amor que merecías por algo tan absurdo como las calumnias de un ser enfermizo que decía amarte.
El día anterior a escribir esta carta, por casualidad o por o