Patricio miró a Gloria, quien estaba acostada en la cama. La expresión en su rostro mostraba que había renunciado a su vida. Aunque Patricio le agarraba el cuello, ella no resistía.

Patricio sintió un agudo dolor en su corazón. Leo rugió enfadado en su mente.

Leo comenzó a luchar por el control de su cuerpo. Quería apoderarse de Patricio. No podía permitir que Patricio lastimara a su pareja.

Patricio soportó el dolor y siguió pellizcando el cuello de Gloria.

Gritó enojado: "¡¿Por qué no te defiendes?! ¡¿Por qué?!".

Pensó: '¿Quería ella morir tanto? ¡No! A ella le importaba mucho Miguel. ¿Preferiría ella morir en lugar de suplicar por clemencia?'.

Patricio no se dio cuenta de que estaba celoso de Miguel. Se volvió loco, como un niño que intenta desesperadamente conseguir su juguete favorito.

Aunque hacerle daño a Gloria lo hacía sentirse angustiado, parecía querer que ella cediera.

No se dio cuenta de que no deseaba que Gloria luchara o suplicara por piedad. Lo que él quería era su lea