Sin atreverme a quedarme más tiempo aquí, de inmediato, busco alguna puerta que me lleve a la salida. Pero, parece que entro a un lugar prohibido porque todo se oscurece y frente a mí comienzan a mostrarse varias líneas rojas que dudo que sean simple decoración.
— ¡Marcela, no! — gritan varias personas y yo retrocedo con temor.— Ten cuidado donde pisas que son los láser del castillo. — Dice alguien más y yo me quedo inmóvil donde me encuentro.— Te dije que había zonas prohibidas en la casa. ¿Cómo se te ocurre correr, como si estuvieras en un parque de diversiones? — dice uno de los gemelos, ignorando que el hermano con el que peleaba, camina a su lado.— ¿Quién es Noah? — pregunto con temor.— Yo. — dice él, mientras presiona algo en la pared, para que la luz regrese.‘Nota mental: de