José Luis se despidió de su mujer, se fue para un escondite secreto que ha elaborado en el patio trasero de la casa y de allí sacó dos armas calibre 9 milímetros, con mucha precaución volvió a colocar la tapadera con camuflaje de grama y se fue al garaje para sacar su auto.

Después de darle un buen sermón al guardia de seguridad, se marchó para ir a la empresa. En el camino llamó a uno de sus hombres de seguridad en el que tiene mucha confianza, para que juntos vean el video de lo que captó en toda la noche la cámara de seguridad.

Allí se observó cómo los esposos comienzan a devorarse a besos desde el pasillo hasta que se pierden dentro de su habitación. Si otra fuera la ocasión, José Luis se sentiría orgulloso por presumir a su mujer y marcarla como suya ante el jefe de guardias. Pero ahora no está para esos asuntos de celos, hoy solo quiere ver quien se llevó a su hijo y no le importa que vean esa escena íntima, pero de igual forma la adelantaron para ganar tiempo y llegar al objeti