— ¡Estás completamente loco! Yo jamás en mi vida volveré a ser tu mujer.
— No, si es que yo no te llevo para que convivamos como pareja, tú estarás allá únicamente por ser la madre de mi hijo, ¡nada más!
— No estaré en un lugar donde no valga nada como mujer.
— Entonces aquí me quedaré, y te recuerdo que yo debo de alimentarme, y tú deber es prepararle la comida al padre de tu hijo.
— ¡Ash! Eres un asco. Ya vete de mi cuarto porque necesito vestirme.
— Ve a hacerlo al baño si no lo quieres hacer delante de mí, yo de aquí no me muevo hasta que el niño se vuelva a dormir.
— ¡Maldición! —exclamó la chica en voz baja al levantarse.
— ¿Decías algo?
— Sí, que eres un completo maldito. —repitió la chica y a los pocos segundos ya tenía al hombre agresivo frente a ella.
— No… me… vuelvas… a llamar… de esa manera… ¿Me oíste? —dijo el hombre malvado, mientras la toma por el cuello y la aprieta muy fuerte, la suelta hasta que ve que la cara de la chica está cambiando de color, ya no es rosada com